Sin duda esta ha sido la película más floja que he visto durante el mes de septiembre. En este caso tenemos una cinta de animación basada en un personaje japonés que alcanzó su máxima popularidad en forma de serie para la televisión. En resumidas cuentas se trata de un niño, hijo de un genio científico, que muriendo accidentalmente por culpa de uno de los experimentos de su padre, será recreado utilizando su ADN y un robot con el aspecto físico del niño y con sus misma memoria. Tras ser creado, el niño-robot será finalmente rechazado por el padre-científico que sentirá como el vacío dejado por su hijo real no podrá ser llenado por el sustituto.
El niño-robot comenzará una vida en solitario experimentando aventuras y desventuras relacionándose tanto con robots como con seres humanos, tratando de encontrar un lugar en el mundo que le ha tocado vivir, donde ni unos ni otros lo aceptan totalmente. La historia muestra, bajo mi punto de vista, una serie de fallos que la convierten en una película poco atractiva. Entre otras cuestiones, su animación no es para nada espectacular. Pero principalmente eche en falta una historia algo más adulta, más adaptada al visionado de la audiencia de más de 12 años. El cine de animación reciente (Toy Story 3) nos demostró como se puede combinar con maestría una buena historia apta para todas las edades con una animación estupenda y colorida. No sólo la historia se hace algo infantiloide sino que también se puede criticar la falta de credibilidad en algunas escenas, en las reacciones de los personajes. Su tibia forma de reaccionar frente a situaciones enormemente dramáticas hace que nos sintamos extraños y que no nos identifiquemos suficientemente con sus problemas.
Sin duda una película más apropiada para ver en dvd y a ser posible rodeados por los más pequeños de la familia, que seguramente la disfrutarán más que nosotros mismos.
Nota: 5