La magia del cine existe, a veces casi se te olvida cuando consumes tanto producto de usar y tirar. No quiero decir con esto que no disfrute del fast food, pero de vez en cuando tras meses acudiendo al cine surge una de esas raras joyas que te recuerdan porque amas tanto el Séptimo Arte. En este caso el diamante ha sido Toy Story 3. Recomiendo encarecidamente a los lectores del blog que vayan a disfrutar cuanto antes de esta última película de la compañía Pixar, que de nuevo se vuelve a coronar como la creadora del mejor cine animado de la actualidad.
Esta nueva y probablemente última aventura de Toy Story es una guinda perfecta para dar el pase de despedida a una saga que nunca ha mostrado síntomas de agotamiento. Su perfección o al menos excelente resultado se basa en numerosos aciertos. Destaca la calidad de su imagen, las texturas, los colores. Es increible como sus personajes (meros juguetes) son capaces de estremecernos de emoción cual personas de carne y hueso. Su sentido del humor ingenioso e inteligente te hace disfrutar continuamente de diálogos maravillosos y tronchantes, y escenas grandiosas como la transformación "flamenca" de Buzz hacen que los espectadores en sus butacas disfruten de un momento inolvidable. La banda sonora se convierte en Toy Story 3 en un personaje más de la película, dando los toques apropiados de sensibilidad y emoción a las escenas mas sobresalientes. Pero si en algo descansa el poder de esta película es en los personajes y en la historia. Woody, Buzz, Andy y Jessi brillan como los grandes protagonistas. Sus relaciones de afecto, sus miradas nos hacen estremecer y reflejan a través de sus comportamientos las mejores virtudes de los seres humanos reflejados en unos (nada simples) muñecos de plástico.
Podría escribir otros dos párrafos alabando este peliculón, pero que narices, gastaros unos euros e ir a verlo por vosotros mismos, que por una vez (y sin que sirva de precedente) vale la pena de verdad.
P.D.: Imperdible el monumental corto sobre "la noche y el día" al comienzo de la película...los señores de Pixar sí que saben contar historias.
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