domingo, 25 de julio de 2010

Un profeta


El cine carcelario se ha puesto de moda. Celda 211 abrió la veda en España dejando bien claro que el cine nacional es capaz de crear thrillers al puro estilo Hollywood. Poco tiempo después apareció esta película francesa dirigida por Jacques Audiard. La mayor parte de las críticas la han valorado positivamente, yo me uno a estas opiniones.

La película nos describe el devenir de un joven que entra en la cárcel (nunca se nos explican los motivos, pero un funcionario de prisiones le acusa en una escena de atacar a policías con armas blancas) para un largo periodo de tiempo y que tiene que adaptarse a la supervivencia cotidiana rodeado de asesinos y terroristas. Dentro de la penitenciaría hay dos grupos principales de presos, el de los convictos corsos y el de los presos de religión y cultura musulmana. Ambos luchan dentro de la cárcel por controlar a los demás por medio de la extorsión y la violencia física y psicológica. El protagonista, Malik, un brillante y convincente Tahar Rahim irá ascendiendo en el escalafón social del microcosmos formado en el interior de la prisión. Su capacidad de adaptación y fuerza de voluntad le permitirán sobrevivir y prosperar en el entorno que le ha tocado vivir.

Dentro de la cárcel el jefe de los presos corsos, César Luciani, mantiene un férreo control de la situación sobornando para ello a distintos guardias de seguridad. El jefe de los independentistas corsos sostiene además actividades delictivas en el exterior del centro penitenciario. Envuelto en las redes de la delincuencia y sometido a las ordenes de César, Malik finalmente comenzará a recibir permisos de salida de un día que serán aprovechados para continuar en el exterior con las actividades delictivas y terminarán convirtiéndolo en un auténtico líder mafioso.

El trabajo de los personajes es realmente convincente. También me gustaría destacar la crudeza visual de algunas escenas que nos muestran la realidad vivida en el día a día detrás de los muros de la cárcel. Sin duda destacaría dos escenas tensas y excelentemente rodadas, aquellas en las que Malik se ve obligado a asesinar, a matar. Creo que es una película más que recomendable, aunque las dos escenas que comentaba antes pueden hacerse algo duras para algunos espectadores.

Le doy un 8.5


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