Woody Allen vuelve a la gran pantalla con el estilo que le caracteriza y con unos personajes sufrientes y que manejan tan bien como pueden las contrariedades de sus vidas. De nuevo vuelve a hablarnos de amores y desamores mezclándolos con ese humor sarcástico al que tanto nos tiene acostumbrados. La historia se nos muestra de un modo coral, y en la cual todos los implicados tienen algún nexo de unión (hijo de, amigo de, amante de...). Los divorcios, los desamores, las infidelidades, la pasión, vuelven a ser el centro de atención de los protagonistas.
No puedo negar que disfruté de la película, me regaló una hora y media de entretenimiento gracias, principalmente, a sus protagonistas. Un reparto más que acertado en el cual brillan estrellas tales como Anthony Hopkins, Naomi Watts, Josh Brolin, Gemma Jones, Antonio Banderas... A pesar de su vanal entretenimiento no pude por menos que sentir una sensación de reiteración y déjù vu, parece que Woody Allen tiene la imaginación algo atrofiada, o sencillamente se ha acomodado a la hora de contar el mismo tipo de historias, las cuales al fin y al cabo le dan buenos resultados artísticos y económicos. Personalmente me gustaría ver que el director neoyorquino se sacara de la manga alguna película "diferente" y rompiera con el estilo al que nos tiene acostumbrados. Esperaremos a la próxima.
Nota: 7
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