Sin pena ni gloria ha pasado esta película por las carteleras zaragozanas. Apenas promocionada, los cines no le han dado mucha confianza al largometraje protagonizado por Jude Law. Su historia nos habla de un futuro próximo en el que poderosas empresas fabrican órganos artificiales para aquellas personas que los necesitan. Por supuesto, esas empresas cobran altos precios por sus corazones, pulmones o riñones. Pero los particulares que se retrasan en sus cuotas o a los cuales les resulta imposible reunir las sumas de dinero necesarias ven como los empleados de la empresa los asaltan para extraerles dichos órganos, lo cual inevitablemente les lleva a una muerte segura.
Remy (Jude Law) y su colega Jake (Forest Whitaker) trabajan para una de esas empresas como extractores de órganos. A ellos no les supone ningún inconveniente moral la realización de su oficio, de hecho lo encuentran bastante gratificante y divertido. Pero un día, Remy sufre un accidente que le daña el corazón, por lo que se ve forzado a recibir un implante. El problema viene cuando Remy, una vez recuperado del accidente, vuelva a trabajar y se sienta incapaz de realizar los sangrientos trabajos que antes llevaba a cabo. Por primera vez lo ve todo desde otro punto de vista, piensa en los individuos que está matando, padres y madres de familia. Su incapacidad para trabajar le impedirá pagar su corazón transplantado, por lo que pronto se convertirá en un fugitivo que pretende salvar su vida y a la vez destruir ese maligno sistema de transplantes.
En algunos planos de la película en los cuales se visualiza la ciudad en la que viven los protagonistas se aprecia un cierto influjo de películas futuristas como Blade Runner, con calles nocturnas repletas de paneles luminosos de gran tamaño, abundante polución..., lo cual le da un cierto encanto.
La película en general se deja ver, pero tampoco es ninguna maravilla, los protagonistas están correctos, pero la historia y el guión tampoco es que transmitan demasiado dramatismo. Por no hablar de algunas de las incoherencias del guión como por ejemplo, ¿por qué Remy tras el accidente sufre ese bloqueo mental que por primera vez en su vida le hace surgir un sentimiento de empatía hacia los demás? La película sería simplemente pasable si no fuera por un final sorprendente y sin concesiones a los espectadores deseosos de finales felices.
Nota: 6,5
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